A este hombre lo conocí hace aproximadamente 3 meses si se puede decir. La verdad nunca me inspiró ni un mal pensamiento, no era mi tipo. Pero dije bueno, por qué no?, al fin y al cabo sólo es sexo...
Pasa sucede y acontece que empezamos hablar normalmente como dos personas que se empiezan a conocer, hasta que él me dijo saliéramos y fuéramos a comer algo.. y por supuesto accedí. Él es de Bucaramanga, por tal motivo no tenía como tantas ganas de conocerlo, porque primero que todo en las fotos no se veía tan bien y segundo no me llamaba mucho la atención meterme con un man de "Bucaramanga mano".
Los días pasaron y él me siguió buscando. En primera instancia todo fue sexo, lujuria y hasta lo hicimos en su apartamento, pero me sentía vacía, había algo que no me llenaba, así que le pedí que no me buscara más, que me dejará de hablar. Por lo que él accedió.
Yo estaba concentrada en conseguir trabajo y en otras cosas de mi vida. Por ese tiempo volvió una persona que quise mucho y estuve con ella. Cuando todo parecía que ya no volvería hablar con él, apareció. Me dijo que nos viéramos, que el iba a mi casa, que quería verme, obviamente dije es sólo sexo, y volví y caí, con la gran diferencia que estaba con dos personas al mismo tiempo.
Las cosas se empezaron a poner un poco más fuertes y él me buscaba los fines de semana, me decía que quería estar conmigo, que nos viéramos pero yo la verdad quería estar sola, él no me gustaba en lo absoluto, y la otra persona me había dicho que dejáramos las cosas así, por lo que sola era la mejor decisión.
Es ahí en donde dices, "Un clavo saca a otro clavo" y empecé a buscar al de Bucaramanga. Cuando empezamos a volver a vernos, tener sexo y estar juntos cada fin de semana, por más increíble que pareciera me gustaba estar con él. Me empezó a gustar su olor, su cuerpo, besarlo, acariciarlo, decirle cosas bonitas después de hacer el amor, y en el peor de los casos estar con el entre semana. Fue ahí cuando me di cuenta que estaba empezando a sentir algo por esa persona, que no me importaba que fuera diferente, sencillo y no tan guapo.
Me fui enamorando de su forma de ser, de su sonrisa, de su forma de tocarme, de sus mensajes a las 5:00 de la mañana, de la manera en que me hablaba cada fin de semana para vernos, y fui cayendo poco a poco.
Las últimas semanas le confesé que empezaba a gustarme, que me estaba tragando y no sabía por qué. Me di cuenta que ya estaba hasta las nubes cuando después de hacerlo lo abrazaba, lo besaba y lo miraba a los ojos. No puedo quejarme y decir que no sentí nada, porque se dio sin planearse, sin premeditarse. Mis sentimientos fueron los más sinceros que pueden haber en este mundo, pero como todo en la vida, todo lo que empieza mal termina mal.
Cuando lo conocí había terminado con la novia de 4 años hace tres meses, así que al principio no le di mayor importancia porque tenía claro que sólo era puro y físico sexo. Pero cuando ya estaba tragada me atormentaba la idea de que la viera, le hiciera el amor, estuviera con ella, así que las peleas y los celos fueron creciendo entre los dos, en parte porque el también sabía lo de mi pasado con el chico por el que sentí algo muy fuerte.
Debo de decir que me duele haber perdido al de Bucaramanga, porque por primera vez en mi vida no me fijé en lo físico, me di el tiempo de conocer a una persona, saber cómo es, qué piensa, cómo vive, fue un enamoramiento despacio, poco a poco, pero como todo, las cosas tenían que acabar. Por primera vez en mi vida le rogué a alguien y pedí una oportunidad para volver a empezar, pero él ya estaba hasta la madre de todo. Lo busqué al tercer día y decidí eliminarlo de mis redes sociales así como de mis contactos telefónicos para no tener la tentación de hablarle, pero caí de nuevo, y esta vez fue peor. Me bloqueó, y entendí que no quería nada de mi, ni siquiera saber de mi existencia.
Sé que las cosas pasan por algo, pero está no sé cuánto tiempo me va a tomar recuperarla, tal vez hasta que llegue otro hombre y siga el juego de la seducción. No sé qué será de la vida de él. Si al fin se fue a Barranquilla o no, o si tal vez volvió con la ex. Lo único que sé es que ya no hay ni la más mínima posibilidad de hablarle y mucho menos verlo.
La moraleja de esta historia es muy simple: Date el tiempo de conocer a una persona personalmente, no la uses sólo por sexo o por tusa. Trátala y conócela, lo peor que puede pasar es que no pase nada.
Pasa sucede y acontece que empezamos hablar normalmente como dos personas que se empiezan a conocer, hasta que él me dijo saliéramos y fuéramos a comer algo.. y por supuesto accedí. Él es de Bucaramanga, por tal motivo no tenía como tantas ganas de conocerlo, porque primero que todo en las fotos no se veía tan bien y segundo no me llamaba mucho la atención meterme con un man de "Bucaramanga mano".
La primera noche tuvimos sexo. Obviamente antes de eso me invitó a comer, hablamos, etc... pero yo iba a lo que iba, igualmente pensé que era sólo sexo y que no me gustaba lo suficiente para meterme con esa persona. Así que dije, otro para mi lista.
Los días pasaron y él me siguió buscando. En primera instancia todo fue sexo, lujuria y hasta lo hicimos en su apartamento, pero me sentía vacía, había algo que no me llenaba, así que le pedí que no me buscara más, que me dejará de hablar. Por lo que él accedió.
Yo estaba concentrada en conseguir trabajo y en otras cosas de mi vida. Por ese tiempo volvió una persona que quise mucho y estuve con ella. Cuando todo parecía que ya no volvería hablar con él, apareció. Me dijo que nos viéramos, que el iba a mi casa, que quería verme, obviamente dije es sólo sexo, y volví y caí, con la gran diferencia que estaba con dos personas al mismo tiempo.
Las cosas se empezaron a poner un poco más fuertes y él me buscaba los fines de semana, me decía que quería estar conmigo, que nos viéramos pero yo la verdad quería estar sola, él no me gustaba en lo absoluto, y la otra persona me había dicho que dejáramos las cosas así, por lo que sola era la mejor decisión.
Es ahí en donde dices, "Un clavo saca a otro clavo" y empecé a buscar al de Bucaramanga. Cuando empezamos a volver a vernos, tener sexo y estar juntos cada fin de semana, por más increíble que pareciera me gustaba estar con él. Me empezó a gustar su olor, su cuerpo, besarlo, acariciarlo, decirle cosas bonitas después de hacer el amor, y en el peor de los casos estar con el entre semana. Fue ahí cuando me di cuenta que estaba empezando a sentir algo por esa persona, que no me importaba que fuera diferente, sencillo y no tan guapo.
Me fui enamorando de su forma de ser, de su sonrisa, de su forma de tocarme, de sus mensajes a las 5:00 de la mañana, de la manera en que me hablaba cada fin de semana para vernos, y fui cayendo poco a poco.
Las últimas semanas le confesé que empezaba a gustarme, que me estaba tragando y no sabía por qué. Me di cuenta que ya estaba hasta las nubes cuando después de hacerlo lo abrazaba, lo besaba y lo miraba a los ojos. No puedo quejarme y decir que no sentí nada, porque se dio sin planearse, sin premeditarse. Mis sentimientos fueron los más sinceros que pueden haber en este mundo, pero como todo en la vida, todo lo que empieza mal termina mal.
Cuando lo conocí había terminado con la novia de 4 años hace tres meses, así que al principio no le di mayor importancia porque tenía claro que sólo era puro y físico sexo. Pero cuando ya estaba tragada me atormentaba la idea de que la viera, le hiciera el amor, estuviera con ella, así que las peleas y los celos fueron creciendo entre los dos, en parte porque el también sabía lo de mi pasado con el chico por el que sentí algo muy fuerte.
Debo de decir que me duele haber perdido al de Bucaramanga, porque por primera vez en mi vida no me fijé en lo físico, me di el tiempo de conocer a una persona, saber cómo es, qué piensa, cómo vive, fue un enamoramiento despacio, poco a poco, pero como todo, las cosas tenían que acabar. Por primera vez en mi vida le rogué a alguien y pedí una oportunidad para volver a empezar, pero él ya estaba hasta la madre de todo. Lo busqué al tercer día y decidí eliminarlo de mis redes sociales así como de mis contactos telefónicos para no tener la tentación de hablarle, pero caí de nuevo, y esta vez fue peor. Me bloqueó, y entendí que no quería nada de mi, ni siquiera saber de mi existencia.
Sé que las cosas pasan por algo, pero está no sé cuánto tiempo me va a tomar recuperarla, tal vez hasta que llegue otro hombre y siga el juego de la seducción. No sé qué será de la vida de él. Si al fin se fue a Barranquilla o no, o si tal vez volvió con la ex. Lo único que sé es que ya no hay ni la más mínima posibilidad de hablarle y mucho menos verlo.
La moraleja de esta historia es muy simple: Date el tiempo de conocer a una persona personalmente, no la uses sólo por sexo o por tusa. Trátala y conócela, lo peor que puede pasar es que no pase nada.